Como te ve él

“Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron; más él, dejando la sábana, huyó desnudo.”  (Mar 14: 51-52 RV)

Algo curioso pareciera que pasara cuando empiezo a seguir a Dios, de pronto empiezan a atacar, a dudar y a juzgar.

Uno de pronto no lo nota pero pareciera que se hiciera todo más notorio, los imperfectos, las faltas y demás defectos que antes parecían escondidos. Pero calma. Solo es Dios trabajando, y el enemigo molestando.
Mientras Dios te muestra que quieres mejorar, en que tienes que brillar cada días más, el Espíritu te guía paso a paso a ser mejor. El enemigo estará poniéndote al desnudo -porque a veces fallas-, haciéndote dudar de que tu eres HIJO DE DIOS que no SIRVES y que siempre vas a fallar.
Pero tranquilo aun cuando te sientas desnudo, avergonzado Cristo te ve, pero no como te ves a ti mismo, ni como te ve el enemigo, ni mucho menos como te ven los demás; Él te ve como te hizo, como esa obra maestra, en la que se desvelo pensando cómo te iba hacer.
No huyas. Levántate, Alza tu rostro, sécate las lágrimas y sonríe porque Cristo te está mirando con profundo amor, amor que solo él te puede dar…   

“¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos; De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo. Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo, Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar. ¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!” (Salmo 8 RV)